Estos datos presentes en nosotros, pululando en nuestras cabezas… Y tal vez producto del azar, de la casualidad, de la providencia o de un sueño que estuviera presente en nuestra mente y queríamos alcanzar… No todos los AMIGOS DE CALCUTA partíamos de la misma razón para descubrir India, o de una única razón. Lo que sí está claro que este país entró a formar parte de nuestras vidas. Y hoy, ahora, India habita en cada uno de nosotros y nosotros habitamos en ella de sentimiento y de corazón.
Es una tierra que te pone a prueba, que te somete a la tiranía de sus excesos, que rompe tus esquemas y te hace sacar tú mejor y tú peor yo. Es un lugar para sobrevivir y vivir, para reír y llorar. Para contagiarte del entusiasmo de sus gentes y de su parsimonia, de su karma y de su agitación. País de contrastes y de polos opuestos, de luces y sombras, de sonrisas y lágrimas, de silencios prolongados y de estruendos agobiantes. De colores, de infinitos colores… Y todo esto entra en ti y te transforma, te transforma lentamente sin darte cuenta.
India te susurra, te habla, te valora…Te sonríe, te contagia de su sinceridad. Te suplica sin palabras…
Allí, tú eres tú con tus limitaciones y tus dudas. Y tú decides si comprometerte y formar parte activa de ese engranaje humano o ser un simple espectador. La opción casi siempre es entregarte y vivir entre ellos y por ellos. Todo en ellos en invitación; ojos inquietantes, sonrisas espontaneas, corazones humildes…
Por eso, el puntal de por qué India es principalmente porque a través de ella y de sus gentes, hemos llegado a sentirnos mejor con nosotros mismos, a un autoconocimiento haciéndonos mejores personas.
“INDIGNAMENTE VIVE EL QUE NO VIVE PARA LOS DEMÁS“ (SÉNECA)